Opiniones de vecin@s

Juanjo Hidalgo, historiador y arqueólogo director del yacimiento Elexazar (Amurrio). Mis sentimientos hacia los proyectos eólicos es que no los quiero para Aiaraldea. No porque esté en contra de este tipo de energía sino por la identidad de paisaje que aquí tenemos, de colinas y montañas, que sin duda serían las ubicaciones elegidas para los aerogeneradores. Ya me posicioné en su día en contra de su ubicación en el cordal de Larragorri (Jesuri), y me pondré en contra de ubicaciones en nuestras cimas, Gorbeia, Gorobel y Ganekogorta.

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Urdu Hegan, empresa de parapente en Aiaraldea. Estoy a favor de energías renovables y limpias pero creo que las formas de construir parques eólicos se les van de las manos.

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Me llamo Iñaki y soy cazador. Como a much@s en Euskadi, me apasiona el mundo de las aves migratorias. Mucha gente piensa que es una modalidad de caza aburrida, ya que subes al puesto y estas ahí quieto esperando a que pasen o no, día sí y día también desde principios de octubre hasta mediados de noviembre. Pero detrás de eso hay mucho más.

Analisis de rutas, vientos, estado de los cultivos en Francia, meteorología... Múltiples factores que hacen decantarse a las palomas a cruzar los Pirineos en busca de tierras mas cálidas. Antiguamente siempre se utilizaban las mismas rutas de pase, por ello se llaman puestos de pase tradicional. Pero con el paso de los años, se está viendo que van cambiando esos pasos tradicionales por otras rutas alternativas. A ciencia cierta no lo se pero pueden ser a factores como el cambio climático, zonas arrasadas por incendios, "parques" eólicos...>

Y cuando uno se entera de que en Orozko piensan poner 2, se me ponen los pelos de punta. Pensar que cabe la posibilidad de que a raiz de eso no pueda disfrutar de una de mis pasiones me entristece. Esa pasión que año tras año me quita el sueño la noche antes de un día que intuyo puede ser bueno. Ver un bando de 500 palomas pasar por encima y el ruido del aleteo es un espectáculo.

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Juan Manuel Pérez de Ana, biólogo de ecosistemas y autor de los blogs sierrasalvada.blogspot.com y macizodelgorbea.blogspot.com. En el año 1997 redacté un artículo en la revista Quercus que aún hoy refleja mi visión de la realidad:

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Mikel, creador de la Travesía Pireno Cantábrica. La ruta muestra la abrumadora belleza de la naturaleza que tenemos en Pirineos y Cordillera Cantábrica, incluyendo Aiaraldea, pero su trazado está amenazado por la construcción de varias centrales eólicas. Caminar durante horas bajo el zumbido de aerogeneradores es una experiencia muy desagradable, que sólo hace querer alejarse de ellos. Esto pone en riesgo una de las mejores rutas de montaña en Europa.

A título personal, me entristece a un nivel al que nunca nada ha sido capaz de llegar. Este tipo de rutas y entornos naturales me han ayudado mucho en mi desarrollo como persona. Que alguien respete tan poco algo que amas, duele mucho, y más mientras te ves rodeado por el derroche de recursos.

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Gustavo Abascal, conservacionista. A excepción de ciertos aspectos como la calidad de nuestros ríos a los que vertemos directamente los residuos sin ningún tratamiento, se puede decir que nuestra comarca goza de un estado de conservación relativamente bueno, fundamentalmente el área más meridional donde domina un paisaje de campiña cantábrica en vez de los cultivos forestales de pinos radiata y eucalipto típicos de la parte norte. Incluso existe un área que está incluida en la Red Natura 2000: la Sierra Salvada.

Desde luego poseemos una mayor conciencia medio ambiental y ha existido una voluntad y un esfuerzo tanto de los ciudadanos como de las propias administraciones durante décadas para llegar a este estado de conservación, pero no olvidemos que el impacto que estamos generando por el consumo brutal de todo tipo de bienes y energía se encuentra principalmente externalizado, es decir, estamos degradando y contaminando otros lugares del planeta, menos desarrollados, por supuesto. Hay quien habla incluso de una nueva forma de colonialismo.

El empleo de un recurso natural como es el viento para la generación de energía y, por lo tanto, que puede ser considerada una energía verde, sostenible, está ocultando el verdadero problema social y económico que hay de fondo. La construcción de parques eólicos en nuestra propia tierra, en nuestro propio paisaje nos tiene que hacer reflexionar sobre las consecuencias que tiene el consumo de energía sin medida alguna, de manera irracional. La única limitación actual es la de nuestros propios recursos económicos. Cuanto más tengo, más puedo consumir. ¿Cuántos parques eólicos tendremos que construir para satisfacer la demanda energética de ocho mil millones de personas? ¿Cuántos tipos de energía más tendremos que utilizar? ¿A costa de qué?

En definitiva, nos tiene que hacer reflexionar sobre un modelo económico que permite no sólo facilitar la mayor demanda de energía sin pensar en las consecuencias sino de todo tipo de recursos naturales tanto terrestres como marinos y que nos está llevando a la extinción de cientos de especies anualmente y a la destrucción de ecosistemas enteros, aparte de los problemas que nos generará el cambio climático, la sobre explotación de las pesquerías, la esquilmación de los minerales…

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Ane Miren Blanco, ingeniera ambiental y terapeuta emocional. Cuando comencé mis estudios de Ingeniería Ambiental no sabía que uno de los objetivos era que yo aprendiese los métodos y cálculos necesarios para ayudar a las empresas a que su contaminación entrase dentro de los límites legales. Fue en tercero de carrera cuando me dí cuenta de ello y pensé "¿Lo único que cuenta es estar dentro de la ley?"

 
El proyecto que se plantea en nuestros montes puede estar dentro de la legalidad... ¿pero está dentro de lo sensato? ¿Es eso lo que nosotros y nuestra tierra necesitamos? En un momento en el que se habla de que vivimos con demasiados estímulos y de que necesitamos recordar nuestra conexión e interdependencia con la naturaleza... ¿cómo quedarnos impasibles ante el hecho de que seguimos en una línea de colonización de todo entorno natural? Olvidarnos de nuestros bosques y de los seres vivos ahí presentes es, olvidarnos de nosotros. Otras alternativas son posibles.

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¿Quieres decir públicamente lo que sientes al imaginar Aiaraldea plagada de aerogeneradores?

Te escuchamos

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